Que cada pájaro del monte

Se anuncia la llegada del momento y evapora la voz acorde a no volver. Le doy nombre a cada forma como un náufrago que vuela, los animales salvajes sobretodo lamen. Si es que estás muerto parpadeá de nuevo, la calma es engañosa eso lo saben hasta los cachorros que ríen y les damos consuelo. Me quedo quieto y espero el amanecer sentado en el escalón, mi hermano me guía desde un árbol adonde fue ayer a cuidar que cada pájaro del monte vuelva a su nido todos los días, todos los días. A mi querido hermano mayor Chito, quien decidió irse lejos. Ilustración: Amy Dover