Crónica del pájaro que da cuerda al mundo
Quise utilizar por primera vez en mi vida el autodisparador. En el momento preciso, posando para la posteridad con Theo, nuestra mascota nos desacomodó (estaba en cuclillas con mi niño encima) y caímos al suelo.
Puse el libro en el suelo y la muy mascota, Milo se apoda, no tuvo mejor idea que demostrar su desacuerdo posando de espalda.
Luego de coté, sin que nadie la invitara. Tendrá humos de Star?
Resignado se me ocurrió que resultaría un dulce golpe de efecto que mi hijito posara con el libro. Él prefirió darle protagonismo, en cambio, a su nuevo Reloj de Ben 10.
Sinceramente, dudo que Henri Cartier-Bresson, Cecil Beaton o Man Ray hayan tenido que pasar por algo así. Lo mío no es la fotografía.
Ah, el libro bellísimo.
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