Cuando clasificó para la siguiente etapa de los Torneos Bonaerenses, Nancy (iba a escribir “ N.” solamente, pero no tiene sentido anonimarla) no lo podía creer, estaba orgullosa, le brillaba la mirada. Entonces comenzamos a realizar los movimientos necesarios para conseguirle el apto médico obligatorio. Hablé con Ana, mi hermana, quien gracias a un favor que había hecho podía solicitar la retribución correspondiente. Roby, el técnico en electrocardiogramas se encargó de hacer de nexo con la cardióloga. Una de las complicaciones que tuvimos, fue que justo comenzaban las vacaciones de invierno, era difícil mantener el contacto con la familia de Nancy. A los 3 días de reincorporarnos de las vacaciones invernales conseguimos turno. A las 9:00 hs llegó la niña con su abuela; me enteré dentro del consultorio y luego del electro que esa señora mayor no era su madre. Con el estudio a la vista (Roby actuó de manera rápida y efectiva) la cardióloga pidió hablar conmigo. Resulta que a mi alumna...