El espiral de la siesta
La alegría debe ser algo parecido a eso, una pileta inflable en el patio de la casa de Ramona, la enredadera haciendo lo imposible por tapar los rayos de sol que se cuelan como manchas brillantes, la inocencia retratada en el espiral de la siesta, globitos de colores que no distraen de lo importante, la constatación definitiva que decreta que la risa para ser verdadera debe ser más grande que la boca que la alumbra. Lo líquido que es capaz de contener tanta belleza y el mar de amor que no entró en cuadro y contiene todo.
Comentarios