Chastity - Charles Baxter
“Imagina que tienes un perro de los más inteligentes. Uno de esos que pueden cuidar a un rebaño o rescatar niños y hasta reconocer algunas palabras. Supón que intentas explicarle a ese perro la sola idea del planeta Marte. El perro es muy listo pero, claro, su cerebro no está preparado para asimilar semejante concepto. Nunca. Ese perro jamás será consciente de que existe otro mundo más allá del nuestro. Pero no tiene la culpa de ello. Ahora piensa en que nosotros también tenemos limitaciones en nuestros cerebros. ¿Y a que no sabes qué es lo que jamás comprenderemos? No lo sabes. Y nunca lo sabrás. Pero esto es lo que creo: creo, por el modo en que nuestros cerebros están cableados, que jamás conoceremos a Dios. Y eso sólo para comenzar. Todo lo que tenemos son esos tontos cuentos de hadas sobre tipos con barba crucificados y muertos volviendo de sus tumbas. De paso y ya que estamos en tema: tampoco nunca llegaremos a conocer la estructura del universo. Y hay algo más que jamás sabremos. O, al menos, que tú jamás sabrás. Y que yo jamás sabré. Tú nunca me conocerás y yo nunca te conoceré. ¿Te parece algo tan malo? ¡No creo que sea tan malo! Somos todos planetas cubiertos por nubes. Lo que, en mi opinión y con mi cerebro de perro, es aquello que nos hace libres”.
De «Chastity» de Charles Baxter.
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