Indio Solari

Cada vez que lo encontraba, casi con fruición, le pedía que me contara algo de su tío. Entonces Diego, en parte porque no teníamos mucho por hacer y en otra porque le gusta hablar, me entretenía un buen rato con historias y anécdotas familiares y musicales. Tuvo también, quizá por culpa de los genes, su propia banda llamada (creo que era así) "Los Melones descerebrados"; no llegaron a mucho. Su versión/excusa era que a veces ser pariente de un famoso te ayuda y, en otras (su caso) te condena eternamente.
Llegué a enterarme de rencillas familiares, el significado o dedicatorias de algunas letras y cada vez lo sentía más humano al mito.
A veces escucho lo último que hace pero ya no me seduce la idea de ir a verlo a un recital; mis amigos/as viajan cientos de kilómetros para verlo. Algunos llevan sus hijos a cuesta, mantienen vigente la pasión.
Quizá lo populoso ya no sea para mi.
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