Demostrar

Alice, dulce, bonita, alegre y vestida como para ir a una fiesta de gala, dixit: "Cómo anda Bárbara?". Me acomodo en el mullido diván (quiero uno urgente, quizá Papá Noel me indulte pese a injuriarlo durante tanto tiempo; después de todo es tierno el obeso invento de Coca Cola), y respondo: "Terminó segundo año de psicopedagogía promocionando todas las materias y está realizando sus primeras experiencias laborales remuneradas".

"A quién habrá salido tan inteligente?", reflexiona como al pasar, con cierto tono tendencioso y chicanero. Estallo: "A la madre no!!!". No es que tenga encono, animadversión, rencor, ensañamiento, tirria, abominación, malevolencia, disgusto o resentimiento contigo Verónica, es que en lo posible en terapia no habría que mentir.

Mi psicóloga de cabecera (suele colocarse en esa posición) me alaga de forma exagerada y añade: "Si no tuvieses esa tendencia a querer demostrar lo inteligente que sos, serías más inteligente aun".

Cruzo Rivadavia para tomar el 172 justo frente a la salida del túnel de Ciudadela pensando que no le favorecen esos anteojos, a veces se ríe demasiado ante temas que me joden y el vestido que tenía le calza como una bolsa.