Pedaleando a San Clemente

Dany, mi gran amigo ("tu novio, decilo, tu novio", me increpó una tarde una de mis parejas nada más que porque cada vez que venía a visitarme por la tarde nos encontraba durmiendo la siesta) emprendió rumbo a San Clemente del Tuyú en bicicleta; para olvidarse del trabajo que abunda y las mujeres que escasean. Salió el lunes pasado a las 10 de la mañana, a las 13,30 hs. estaba en Cañuelas; ese día durmió en San Miguel del Monte. Ayer hizo el break en General Belgrano y ahora está durmiendo en un confortable hotel de Castelli. Muy cansado. Teníamos previsto (soy su apoyo logístico desde el celular e internet) que desde ese pueblo con nombre de prócer parta mañana hacia el destino final (no a la muerte, que la boca se les haga a un lado, sino a San Clemente), pero decidimos que debido a una buena cantidad de kilómetros de lucha contra el viento y el tedio (todavía me pregunto que hago acá tipeando esto en vez de estar ahí con él) haga una parada más en General Conesa; un día más no cambia mucho y ayuda a recobrar energías. Lo espera el Tarta, un amigo que vivía frente a su casa y se mudó a esos pagos; que lo adora igual que todos los que somos sus amigos. Va a llegar, exceptuando a las damas, alcanza todo lo que se propone.
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Alberto Dávila