YA VES

  “Estoy yendo a buscarla desde hace 30 años”; responde a los curiosos que lo observan entrando a la Plaza de Casanova por la esquina de Lescano y París. Llega atesorando una silla desvencijada hace rato. La acomoda en el pasto y se sienta mirando hacia la palmera ubicada en el centro de la manzana. Se descalza como si para ello fuese necesario un ritmo cadencioso y lento; separa las piernas, cierra los ojos, junta las manos y las posa sobre el pecho y piensa en el mar. Y ahí queda, tan ensimismado como lleno de preguntas: -       Cómo puede desaparecer una persona como ella sin dejar rastro alguno? -       Seguirá llamándose igual? -       Por qué nunca la invité a la playa de noche? -       Cuál es la deferencia entre abandonar y ser abandonado? -       Es que ya es tan tarde para intentar algo? Cuando vuelve a este lado de la realidad, se sabe chef de un plato que todos probamos alguna vez. Se calza con resignación, limpia con las manos el pasto y restos de barro que

Cuántas mujeres  hay  en el mundo  como vos?  Una más?  Dónde?  En Oriente Medio,  al borde  del Mar Rojo?  Tiene también  esa sonrisa  que encandila,  esos ojos  que ruegan,  apasionan,  piden,  desean?  Habla  tropezándose  con las palabras  en nubio?  Se desespera  por pasear  y contemplar  desde la orilla?  Ama como si fuese  la última  posibilidad  de amor  eterno?  Extraña  con dolor?  Sabrá  que existe,  una belleza espejada  a la suya  en un lugar  al fin del mundo?

 

Que seas   inconmensurable.  Que seas y basta.  Sos un río  de aguas caudalosas.  Pero acaso  las aguas caudalosas  pueden ser  inconmensurables?  Puedo dejar  en manos  de un río  mi corazón?  Por más río  que sea y basta? No entiendo  mucho de ríos,  pero que seas  inconmensurable.

  En Don Bosco y Entre Ríos, Villa Luzuriaga, mi nuevo pueblo, veo un paseador en bicicleta con 5 perritos de distintos tamaños atados con correas; uno marrón, grande, se detiene para oler debajo de un auto algo que le llamó la atención. El tipo le pega una patada por qué cae de la bicicleta por culpa del can curioso, entonces le sugiero, desde el auto, que no le pegue. Aclaro que los perros no son los seres que más me simpatizan, en relidad me simpatizan poco. Me insulta en 3 idiomas y 2 dialectos y también me consulta por qué carajo me metía en algo que no me importa. Dos de los cinco perros me muestran los dientes, uno de ellos es el que había ligado el patadón, en una actitud cooperativa y solidaria con el frustrado tipo que quizá soñó con ser ingeniero agrónomo o locutor de Iser y solo le dió para paseador. Cuántas personas también reaccionan así, como el perro, defendiendo a quienes las agreden y violentan? El tipo dijo entre otras cosas: "Anda a lavar el auto, sucio de mi