YA VES

 

Un fin de semana puede ser la cristalización de un periodo intenso; es necesario equilibrar los deseos, la quietud y el movimiento.                                                                                   Los monstruos de razas complicadas, no tienen lugar, lo siento.                                                En todo caso, y es lo mejor del caso, hay tiempo disponible y ansia por recuperar aquel tiempo perdido.                                                                                                                   Puede ser a principios de noviembre, en un país que hace ya muchos años que no está en guerra o pasa desapercibida entre tantas otras preocupaciones, en una ciudad de campo, de esas tipo satélites de la gran ciudad. Nada de "All inclusive", eso solo sirve para compadrear con los amigos y familiares en las reuniones a las que todos acuden con cucardas de viajeros.                                                                                 

"Creo que tal vez piensas en mi..." Existe el infinito? Puede tener como puerta de entrada un micro que corta de ida y vuelta la Patagonia como una herida que se cierra y cura con cada nuevo paisaje? Las rueditas del walkman no paran de girar y siembran en nuestro futuro una semilla que va a crecer con frutos bellos, tiernos, amorosos. Tenés una vincha blanca ancha, anteojos negros y no puedo creer que seas tan hermosa, tan segura, tan decidida. Escucho con un auricular, el otro está colocado en tu oreja que da a mi lado. "Creo que morir es una sensación, creo que vivir podría serlo pero ahora es algo mucho más real...". Caen tus lágrimas, no puedo consolarte, atravesamos kilómetros de ruta. Sabés (desde siempre sabés de antemano lo que va a pasar) que ya no vamos a estar juntos y tu corazón se resiste, lucha y se resigna, por eso el dolor; por eso la desesperación de despedirnos en los últimos asientos, entre bolsos, como se debe despedir lo amado, desde muy ce

 

El verano  empieza  en octubre  cualquier día  de octubre:  un lunes,  miércoles  o sábado. Y nos sentamos  debajo del tilo y no nos mojamos si el follaje protege. Recorremos  con la mirada  el verde y los demás colores  escapan  en dirección al sol  que sigue subiendo. Decir luz y decir pájaro esta mañana es posible. El verano  empieza  en octubre cualquier día  de octubre: en Paso del Rey a las 12 del mediodía. Lapuente/Romero

Quiero que sepas que hay tardes indelebles donde es necesario partir para volver. Más allá o de cerca, me doy cuenta  sobre todo en estos días, que mí vida sin vos, es tan descolorida. Vamos a surcar  la madrugada  a contrapelo del viento,  ningún grito  podrá despertarnos,  somos el sueño  que siempre quisimos.  Más allá o de cerca, me doy cuenta  sobre todo en estos días, que mí vida sin vos, es tan descolorida.          Autores: Lapuente/Romero

 

Cuando nos besamos  se escuchan chasquidos  como de eternidad,  como de atardecer  en San Rafael. Hay gente  que me envídia  la forma de mirar,  cuando te miro  y muero.  Ni tu sombra,  ni tu consuelo,  ni tu despedida,  nada soy  si no estamos,  como ayer.  Salgo al viento,  al viento helado,  cruzo el pasillo,  atravieso el cielo  con un elevado porcentaje  de amor en sangre.  Soy un animal sospechoso,  un ciervo abandonado  en el conurbano,  que renace de noche  al recordarte,  al pensar en tu boca  de besos de sabores rojos.

       Esos acordes del principio son la plataforma de despegue hacia aquellos años donde pensaba que había que vivir poco, pero disfrutando mucho. La fuerza que tiene esa tremenda banda (Foo Fighters) y la magia de Don Roger emocionan.      Estoy en Ramos Mejía, sobre la Avenida Gaona, una amiga me pidió que pasara a buscar a su prima por Devoto, porque estaba algo deprimida, se había peleado con su novio.      Toqué bocina en una casa con rejas verdes y salió discutiendo con alguien que desde adentro gritaba. Se acomodó en el asiento del acompañante sin saludar y dijo "tengo hambre". Puse rumbo a una hamburguesería sobre Avenida de Mayo donde éramos habitué y más de una vez "El Gaucho", dueño del local, nos tuvo que fiar lo bebido.      Llegamos, puse la patita a la moto, una Jawa 350 roja que era mi orgullo y entramos; no me esperó, caminó entre las mesas y eligió una del fondo. Entré, saludé a 5 o 6 parroquianos conocidos y me senté con ella, era flaca,

Pasó tanto tiempo entre ayer y la próxima vez que tengo que empezar a cambiar de piel. Al último héroe lo vieron herido una noche urgente de bordes irregulares que se partió en cien mil pedazos iguales. Estoy casi inmóvil en la oscuridad, en silencio la casa pregunta por vos. Vuela algo girando sobre si, ojalá caiga del lado que elegí. Lo que dejó tu voz, todo ese desierto, esa inmensidad habrá que atravesarla con la sed del que añora. Con las mismas palabras de siempre voy a escribir algo nuevo para poder decir, para pedirte, para rogar que no haya despedida.

Te presento al viento                                            es de un material inasible,                              casi sagrado. Suele fundirse con el domingo, en la tibieza del sol del mediodía. Se abraza al placer cotidiano y a un par de canciones que lo atrapan, envuelven y liberan, acaso más ingrávido. A la distancia su identidad, su marca de origen; es ese aroma persistente a nostalgia que arrastra hasta volverse felicidad. Alguna vez frente al río, en la mano que sostiene un vaso, en la luz que corta perpendicular la habitación, en la huella que deja el ladrido de un perro en la madrugada y en lo que estalla cada vez que llegás; adentro y en las inmediaciones de este amor.

 

       Salgo al parque, está algo fresco hoy, voy a ver cómo está todo, a controlar.      De la primera casa me echaron porque Iba a llegar un bebé y se ve que no somos compatibles con los bebés o por lo menos pensaban que no con ese bebé, ya había dos chicos con los que me llevaba bien, igual me mandaron a otro lado y me recibieron de manera amable al principio pero después comencé a tener algunos problemas con el tipo que me hospedó. Así que también me fui y aparecí en esta casa donde estoy ahora; hay unos cuantos seres que van y vienen y es muy cálida. Estoy a la sombra de un compañero gordito, medio amanerado y de una morochita que pareciera tener poca vida, en otros tiempos me hacía la vida imposible, ahora apenas anda, rebotando contra todo, sin noción de en que mundo se encuentra. El gordito se ganó a todos, es a quien más atención le dan pero estoy cómoda. Me encanta correr por los límites del terreno, ladrando a los vecinos, hacer pozos es mi toc (tengo que empezar a control

 

  Un viaje largo para que  señales las estrellas  y me enamore de ese índice, esa mano, ese brazo, ese cuerpo, ese momento. Tengo el sabor de tu piel  en los labios desde ayer. Cada vez que duermo me venís a ver para señalarme las estrellas otra vez. No me hago la idea  de no verte más.

  “Estoy yendo a buscarla desde hace 30 años”; responde a los curiosos que lo observan entrando a la Plaza de Casanova por la esquina de Lescano y París. Llega atesorando una silla desvencijada hace rato. La acomoda en el pasto y se sienta mirando hacia la palmera ubicada en el centro de la manzana. Se descalza como si para ello fuese necesario un ritmo cadencioso y lento; separa las piernas, cierra los ojos, junta las manos y las posa sobre el pecho y piensa en el mar. Y ahí queda, tan ensimismado como lleno de preguntas: -       Cómo puede desaparecer una persona como ella sin dejar rastro alguno? -       Seguirá llamándose igual? -       Por qué nunca la invité a la playa de noche? -       Cuál es la deferencia entre abandonar y ser abandonado? -       Es que ya es tan tarde para intentar algo? Cuando vuelve a este lado de la realidad, se sabe chef de un plato que todos probamos alguna vez. Se calza con resignación, limpia con las manos el pasto y restos de barro que

Cuántas mujeres  hay  en el mundo  como vos?  Una más?  Dónde?  En Oriente Medio,  al borde  del Mar Rojo?  Tiene también  esa sonrisa  que encandila,  esos ojos  que ruegan,  apasionan,  piden,  desean?  Habla  tropezándose  con las palabras  en nubio?  Se desespera  por pasear  y contemplar  desde la orilla?  Ama como si fuese  la última  posibilidad  de amor  eterno?  Extraña  con dolor?  Sabrá  que existe,  una belleza espejada  a la suya  en un lugar  al fin del mundo?

 

Que seas   inconmensurable.  Que seas y basta.  Sos un río  de aguas caudalosas.  Pero acaso  las aguas caudalosas  pueden ser  inconmensurables?  Puedo dejar  en manos  de un río  mi corazón?  Por más río  que sea y basta? No entiendo  mucho de ríos,  pero que seas  inconmensurable.

  En Don Bosco y Entre Ríos, Villa Luzuriaga, mi nuevo pueblo, veo un paseador en bicicleta con 5 perritos de distintos tamaños atados con correas; uno marrón, grande, se detiene para oler debajo de un auto algo que le llamó la atención. El tipo le pega una patada por qué cae de la bicicleta por culpa del can curioso, entonces le sugiero, desde el auto, que no le pegue. Aclaro que los perros no son los seres que más me simpatizan, en relidad me simpatizan poco. Me insulta en 3 idiomas y 2 dialectos y también me consulta por qué carajo me metía en algo que no me importa. Dos de los cinco perros me muestran los dientes, uno de ellos es el que había ligado el patadón, en una actitud cooperativa y solidaria con el frustrado tipo que quizá soñó con ser ingeniero agrónomo o locutor de Iser y solo le dió para paseador. Cuántas personas también reaccionan así, como el perro, defendiendo a quienes las agreden y violentan? El tipo dijo entre otras cosas: "Anda a lavar el auto, sucio de mi

  Todavía hace mucho calor, no sé porque tengo que ponerme arriba de la remera nueva esta camisa grande y blanca que cada una de mis hermanas, primas y Ramona acomodan y tocan como si fuera algo sagrado. Los zapatos me molestan, me quejo, pero parece que no hay caso, van a seguir molestando nomás. Al menos tengo un pantalón corto cómodo. También un nudo en el estómago que no se va. Caminamos las 8 cuadras desde casa a “la escuela que te va a gustar tanto, donde vas a hacer amigos nuevos”, insiste Susy, mi hermana mayor. No quiero tener amigos nuevos, con los que tengo me alcanza. Ramona va callada, algo tensa; ya mandó a 8 de sus hijos a la escuela, soy el noveno, la novena vez que uno de sus hijos empieza primer grado. Hacemos rápido el camino. En la puerta de la escuela una muchedumbre habla; una mamá grandota habla en voz alta y acomoda la ropa de su hija que tiene los ojos llenos de lágrimas. Un papá tiene de la mano a un nene con cara de estar aburrido, intenta soltarse de