Adentro y en las inmediaciones de este amor
Te presento al viento es de un material inasible, casi sagrado.
Suele fundirse
con el domingo,
en la tibieza
del sol del mediodía.
Se abraza
al placer cotidiano
y a un par de canciones
que lo atrapan,
envuelven y liberan,
acaso más ingrávido.
A la distancia
su identidad,
su marca de origen;
es ese aroma persistente
a nostalgia que arrastra
hasta volverse felicidad.
Alguna vez frente al río,
en la mano
que sostiene un vaso,
en la luz que corta
perpendicular la habitación,
en la huella que deja
el ladrido de un perro
en la madrugada
y en lo que estalla
cada vez que llegás;
adentro
y en las inmediaciones
de este amor.
Suele fundirse
con el domingo,
en la tibieza
del sol del mediodía.
Se abraza
al placer cotidiano
y a un par de canciones
que lo atrapan,
envuelven y liberan,
acaso más ingrávido.
A la distancia
su identidad,
su marca de origen;
es ese aroma persistente
a nostalgia que arrastra
hasta volverse felicidad.
Alguna vez frente al río,
en la mano
que sostiene un vaso,
en la luz que corta
perpendicular la habitación,
en la huella que deja
el ladrido de un perro
en la madrugada
y en lo que estalla
cada vez que llegás;
adentro
y en las inmediaciones
de este amor.
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