3 etapas
Toda aventura, emprendimiento, proyecto (sentimental,
empresarial, político, individual, colectivo, comunitario), transita por 3
etapas que no tienen un orden estricto y pueden irse alternando en el
transcurso de su duración o acontecer.
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Una etapa donde todo transcurre de manera fluida,
es el enamoramiento, lo idílico; donde uno se deja llevar casi sin esfuerzo. En
esta etapa quedan establecidos ciertos “recuerdos de relaciones” que cuestan
abandonar.
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Otra, donde hay que remar para poder avanzar.
Ocupa el mayor porcentaje de tiempo, el mayor volumen. La fijación o
perpetuación en este estado provoca lo rutinario.
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Y otra en la cual habrá que remar para no
retroceder. Es donde se abandona en la mayoría de los casos (disolución de empresas,
asociaciones, instituciones, divorcios), para buscar nuevos horizontes. Implica
una importante inversión de energía.
Entonces nos dejamos llevar, remamos para avanzar o remamos
para no retroceder, a menos que resolvamos abandonar, dejemos de hacer. Ahí
comienza lo peor, porque poseemos energía, somos energía y si no la utilizamos
para hacer, la utilizamos para criticar; ingresando en un tobogán en cadena que
cada vez nos hace más eficientes en la crítica y más imbéciles en la vida.
Agradezco a Theo que me dictó esto que escribí hace unos meses y eligió esta ilustración.
Comentarios
hay luchas que no se abandonan, otros las continúan. uno deposita su semilla y sigue.
sigue haciendo en otro proyecto, en otro lugar, donde se transita un tiempo y se sigue.
nunca abandonas