Cortafuegos - Henning Mankell
Todo
comienza con la muerte de un tipo frente a un cajero automático en Ystad (como
yo, que muero un poco al comprobar mi saldo). A dos chicas se les ocurre
asesinar a un taxista (acá te encierran, apuran, insultan, pero de ahí a matarlos...). Mi héroe sueco descubre
que uno de sus compañeros de trabajo habla a sus espaldas (a mis compañeras
preceptoras y con tareas pasivas si les quitaran ese hábito les quitarían la
razón de vida, la esencia). Hay barro, frío, nieve, genios informáticos,
mercenarios asiáticos, lunáticos, fanáticos, dementes, mujeres que entusiasman y
mienten, soledad y la sensación de que el mundo puede estallar en cualquier momento sin
el mínimo “agua va”. Por suerte existe Kurt Wallander, sin él compadecerse de
nuestra suerte no tendría sentido.
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