A la vez pienso
En la caída
espanto mil vidas
que vuelan dispersas.
Despego la mejilla
del duro y frio
suelo de cemento
y no salgo corriendo.
Me escudo en la madrugada
y sacudo la ropa sucia.
A la vez pienso
en lugares sagrados,
en cualquier esquina
que haya sido sagrada.
Los músculos duelen
como gallos
que ya no cantan.
Me perdono.
Ilustración de Boris Pelcer
Comentarios