Texto de despedida a Cande, que junto a Klaus va a comenzar una nueva vida en Alemania, lejos de nosotros, cerca de sus sueños.
Se
hace de noche en Buenos Aires, capital mundial de nada/todo. Hablo con Ana
después de intentar varias veces comunicarme con Kití y con temor de llamar a
Diego, tu papá, pero ante todo mi hermano (o al revés, no importa), para no
alterarlo más en su padecimiento, aunque haga esfuerzos inconmensurables por
disimularlo. Ana me cuenta con cierta tristeza en la voz que volvieron de
Ezeiza como a las cuatro y media porque ustedes ya habían embarcado. Evito
hablar con Ramona, tu abuela, pero ante todo mi madre (o al revés, no importa),
para ella cada despedida es desgarradora, como si supiese algo que nosotros, todos los demás mortales, ignoramos. Hubiera querido ir a despedirlos, pero la
excusa de que debía ir a trabajar (que era cierta, debía estar a las 13 hs en
una escuela de Villa Luzuriaga y a las 15,30 hs en otra de Ramos) evitó que me
vean mariconear y la despedida de una hermosa, querida y aventurera sobrina, me
dejara en evidencia.
Nuestra
numerosísima familia tiende a apiñarse y aquellos que se alejan están, por
alguna extraña razón, más conectados que otros que están al lado. Esperemos que
sea así en tu caso y estés tan cerca como la tecnología lo propicie, que a esta
altura de la historia de la humanidad, hace mucho por ello. Otra de las
características que debemos reconocer en los integrantes de nuestra familia es
la empatía, entonces estoy sufriendo por Ramona, Diego, Dina y por los que
sufren por ellos. No por vos, por ustedes. Lo mejor que les puede pasar es
emprender el viaje como quien sale por la mañana con la mirada posada en el
horizonte, esperando la aventura, el desafío, todo lo nuevo que el futuro trae.
Con respecto a eso quisiera hacerles un sentido y profundo pedido, si tienen
hijos y se les da por los deportes, que practiquen hockey, handball, básquet,
tenis, waterpolo o lo que quieran, menos fútbol, ya veo que son muy buenos y
hacen lo que acostumbran hacer los muy buenos futbolistas alemanes, cagarnos
las finales.
En cualquier caso se sueña
con todo el cuerpo y ya están en eso, llevándolos bien lejos. Te vamos a
extrañar como se extrañan las partes nuestras que ninguna distancia puede
quitarnos. Solo cosas buenas les pueden pasar y en cuanto no sea así, somos una
legión dispuesta a cruzar los mares que nos separarán para ir a buscarte y que
retomes tus sueños acá en Buenos Aires, la capital mundial de nada/todo.
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