Cuando todavía se podía


La comunión,
el subte D
y las películas de Sandrini
conducen a lugares
insípidos y sombríos.
Lo que vendría
a representar el alma
o aliento sólido
se inunda de incertidumbre,
no lo advertimos sino
demasiado lejos,
con el ticket de regreso vencido.
Me perfilo
para entrarle con ganas
y pierdo el turno.
Busco mujeres desnudas
en el cable
y el control remoto
prefiere ver
al monótono conductor
de “Prende y apaga”.
Imprimo la novela de Murakami
que bajé de Taringa
cuando todavía se podía
y gasto el último cartucho negro.
Quiero viajar
en el interior de una burbuja,
en la parte agraciada
del círculo íntimo.
Solo espero
que mi muerte
no sea excusa para postear
sensiblerías en Facebook,
que el mundo  subsista.




Obra: Milo Lockett.

Comentarios

Entradas populares de este blog

PROYECTO: PALETS LC (Muebles de Palets Reciclados)

Demostración de Boccias en el Cef 112

Cine Sele