Por deporte
Había una vez un hombre que habiendo entrenado concienzuda y
metódicamente decidió correr una maratón. El día de la prueba (domingo, porque las carreras serias se
organizan los domingos con sol y entrada en calor pletórica de erotismo sagrado)
a punto estuvo de finalizar primero, pero a centímetros de llegar decidió
seguir corriendo en el lugar, sin avanzar. Cuando estuvo seguro de ser el
último atravesó la meta.
Los deportes, el amor, los feriados y también lo importante
son pretextos que huyen hacia adelante. “No hay mucho más que perder”, repetía cada
vez que era consultado sobre el tema.
Ya no le queda bien correr, alguien lo seguirá.
Ilustración: Acuarela de Paula Bonet.
Comentarios