El brote imaginativo
De
repente
como
si fuera
un
acto de magia
diseño
una tormenta
que
no para de suceder.
Nos
envuelve
a
partir de entonces
la desmesura
con
quien hicimos
un
pacto vibrante,
atesorado
como
celebraciones
de
pueblos lejanos.
Alcanzamos
climas
íntimos
y
todo lo que declama
el
brote imaginativo:
una
marioneta de dios,
la
canción del sábado
y
otras excentricidades
que
describen tensión
al
enfrentar
lo
ruin del mundo,
que
tarde o temprano
desde
afuera vendrá
y
arderá implacable.
Ilustración de Viktor Hertz,
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