Un cauce, un indicio, una lágrima por acá
Tantas cosas esquivan la tarde
para no chocar
que dejo de extrañarte;
la leña en el suelo
está tan fresca
que florece de nuevo.
Incendiemos todo
antes que el sol se oculte,
con las cenizas
hagamos caminos
para llegar con lo justo
al borde del paraíso.
El silencio se entrama
en el matorral,
lo que nos trae y nos lleva
es el olor a tierra mojada.
Me quedo de este lado
quizá hayas dejado
un cauce, un indicio,
una lágrima por acá.
Estamos rodeados,
entorno los ojos
y te entrego lo que queda,
con las manos juntas,
como quien quiere acunar un pájaro
o sabe con quien
quisiera pasar las fiestas.
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