Chofer peligroso

El chofer del interno 124 de la línea 188 es un compendio de violaciones a las leyes de tránsito.

En el trayecto comprendido entre las paradas de Av. Caseros y Monteagudo, donde tuve que golpear 3 veces la puerta delantera para despertarlo (si, estaba echándose una siestita mientras esperaba que el semáforo abriera), hasta Alberti y Av. Belgrano donde descendí, cometió más infracciones que un conductor promedio (en nuestro país el conductor promedio maneja profusamente mal) en 3 meses.

Fué un viaje de no más de 10 minutos y este temerario demostró con claros y palpables ejemplos por qué ocurren accidentes cotidianamente.

Lo de la siestita lo repitió 3 veces más (en una de ellas lo despertó un camionero de un bocinazo, harto de esperar que ponga primera y avance). También encendió un cigarrillo, contestó una llamada a su celular (charla que mantuvo durante 5 cuadras) y bajó a una señora con un bebé en brazos a mitad de parada porque no escuchó el timbre.

Cuando bajé, tuve la sensación de haber salvado mi vida por milagro, no lo hice antes porque no tenía más monedas para otro colectivo. Ahora que lo pienso, arriesgar la vida por unas monedas no tiene sentido.

Espero que no haya chocado ni matado a nadie este animalejo, la culpa por no impedir que siguiera manejando me va a acompañar por un buen tiempo.

Proyectan aislar a los choferes de colectivos en una especie de cubículos para evitar que los agredan. No sería mas productivo entrenar monos para estas tareas, creo que serían mucho más eficientes.

En este video una de sus siestas.