Soy un boludo


El pasado 25 de septiembre, día de mi cumpleaños Nº 40, recibí un llamado de la coordinadora de actividades de Cedima; me comunicaba que el padre de un alumno tenía la intensión de realizar una denuncia en mi contra.

Postergué, obviamente, los festejos, las reuniones y demás eventos sociales y dirigí la energía disponible a aclarar y reparar el tema.

El problema en cuestión se suscitó cuando el sábado 20 de septiembre este niño me pidió que lo llevara al baño; siempre somos 2 en esos menesteres y en esa ocasión me acompañó Walter, un siempre bien predispuesto colaborador.
Cuando nos dispusimos a realizar los pasos necesarios para sentar al niño en el inodoro, quizá por hacer una travesura, se dejó caer hacia delante y tuve que evitar que caiga al suelo abrazándolo.
No pude evitar que se golpeara su rodilla derecha y lo reprendí diciéndole: “No seas boludo, te podés lastimar”. Acto seguido le revisé las rodillas; al comprobar que no tenía nada, luego de realizar sus necesidades, lo llevé nuevamente a jugar al gimnasio.

Jamás percibí que se haya molestado, pero en el fragor de la actividad se me pudo haber pasado, no lo noté molesto.

El es uno de esos alumnos con los que uno llega a tener un nivel de relación que con los demás no alcanza, quizá porque apenas llegaba al club preguntaba por mi, porque colaboraba con el durante el almuerzo o por lo que sea, habíamos logrado una muy buena relación.

Estuve absolutamente preocupado en esos días, a cada persona de mi entorno se lo comentaba, en general todos me tranquilizaban, incluso el abogado de Suteba, del gremio docente, se burló de mi al comentarle el caso.

El pasado sábado 4 de octubre nos reunimos en la sede de Cedima: el niño, el padre, el presidente de la institución, la coordinadora y yo. Luego de la explicación de la situación y disculpas cruzadas aceptadas (el padre me pidió disculpas por la dimensión que había alcanzado el hecho, que no ameritaba más que una charla, según sus palabras) quedó todo solucionado.
El niño vuelve a participar de las actividades de iniciación deportiva, no diré mas malas palabras y no volveré a asistirlo en el baño (nada de rencor, es que nunca debería haberlo hecho, para eso están los colaboradores y quizá pensé que así sería más bueno, iría al cielo junto a todos los seres buenos que alguna vez habitaron el planeta y Dios me querría más y me perdonaría todos los pecados, incluso ese con el que nacemos).

En algún momento festejaré mi cumpleaños, soy un boludo y Dios no existe.

Comentarios

laura ha dicho que…
Todo sirve como experiencia!!! los docente en la actualidad estamos frente a muchas situaciones adversas pero ten en cuenta que los grandes amores y logros entrañan un gran riesgo, si pierdes, no pierdas la lección.
Mi querido Claudio aplica las tres erres:-respetate a tí mismo
-respeta a los demás y
-responsabilizate de tus acciones.
No permitas que una pequeña discusión empañe una gran relación, es evidente que tu comentario hacia el alumno le causó dolor... Abre tus brazos al cambio, pero no abandones tus valores y recuerda que, a veces, el silencio es la mejor respuesta.
"No mires cuan profundo sea el océano y sigue nadando" Laura

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