David
Apenas bajo del tren en Once (apenas me dejaron bajar) encuentro a David. El muchacho es un ex-alumno del Centro de Educación Complementaria, donde trabajo. Habitualmente nos encontramos. Vive con varios jóvenes más en la calle, mendigando, robando y drogándose cuando consiguen algo; a veces también come.
No habla bien de la contención desde lo educativo que uno de nuestros alumnos elija vivir en esas condiciones.
Lo saludo, está sucio y sonriente como siempre; bajamos la escalinata que da a la calle Bartolomé Mitre y le ofrezco tomar algo (hace 35º a la sombra). Dice: "páguese una birra". Le digo que mejor tomemos una Villa del Sur pomelo. Acepta. También le compro un superpancho, al que llena de esas papas fritas en escala, a las que a su vez cubre de ketchup y mayonesa.
Cruzo la Plaza Miserere en dirección a Rivadavia con él de escolta, guardaespaldas, acompañante. Es extraño, me siento seguro, relajado.
A menos de 30 metros de distancia hay 2 grupos pseudomusicales, compuestos por varias personas disfrazadas con plumas y tocando, sobre pistas, instrumentos de viento, tipo quenas y sikus. Uno espera que ejecuten "El cóndor pasa" o "Guanuqueando" y los tipos se despachan con "Chiquitita" de Abba y la canción de la película "Titanic", en edulcoradas versiones propias de la música funcional.
Me explica David: "Aquellos son de (Villa) Celina y estos de Lugano, antes tocaban juntos, pero se armó bardo y ahora tocan separados". Pienso: Entre los habitantes originarios de estos territorios ese tipo de cuestiones se dirimían a flechazos o mediante certeros ataques con armas rudimentarias; a estos ni ese honorable instinto les queda.
Al despedirnos le digo, sinceramente, que se cuide, que sabe donde encontrarme. Contesta "Usted también profe, cuídese, y cualquier cosa yo ando por acá".
Comentarios
Freire diria " es dialectica la cuestión" uno nunca ES sin el OTRO
Que dificil parece ser esto para la humanidad!
Un abrazo
Pato