88 cartelito naranja

Todavía no había despertado del todo (no mans land, le llama Kundera a ese estado), cuando a la altura de Directorio al 1000, una mujer de flequillo profusamente uniforme y corto, y el resto de la cabellera de un largo medio, con las puntas en terminación curva, que estaba a punto de descender, ya había tocado el timbre del 88 cartelito naranja (x Alberdi) en el que viajábamos, refiere sonriéndome: - Qué hacés por acá?

- Vivo en Venezuela y Pichincha, contesté.

- Antes era yo la que vivía más lejos, finalizó.

Estoy seguro que mi "Hasta luego" no lo escuchó, ya estaba saltando del último escalón a esa altura.

La descripción de dicha dama variará de acuerdo al interlocutor, así, si se la describo a mi señora será de entre 50 y 55 años, tirando a gorda y cargada como con 6 bolsas, la boluda. Si los que me escuchan contar esta historia son mis amigos, la mina en cuestión tendrá unos 40 bastante bien llevados, algo rellenita pero apetecible y con una mirada de sensual desprotección.

Concretamente no sé quién era, tal vez me haya confundido con otra persona; también es probable que nos hayamos conocido en otro momento, quizá por piedad la cordura me dicta en estos casos las instrucciones del olvido y no recuerde, en general, los rasgos de aquellos con quienes compartí trabajos o actividades; a no ser que me hayan estafado o engañado (el lado bueno del rencor).

Ignoro que lugar tomaba como referencia con respecto a "antes era yo la que vivías más lejos". San Justo? Michigan? Sidney? Vaya uno a saber.

Al bajar en La Rioja entre México y Venezuela, observo a la señora que venía sentada a mi lado acribillándome con la mirada; estaría pensando: "cómo la cagaste a la gordita con corte Cristóbal Colón, hasta hoy tenía el orgullo de ser la que vivía más lejos; no tenés corazón".

Comentarios

Entradas populares de este blog

PROYECTO: PALETS LC (Muebles de Palets Reciclados)

Demostración de Boccias en el Cef 112

Cine Sele