Almuerzos Comunitarios en LA CURVA

Cómo pedir nada más ni nada menos que dinero, que es por lo que cada uno de nosotros sacrificó la mayor parte de su vida en pos de conseguirlo?
 Pensé en una manera directa, casi inescrupulosa “Hola, necesitamos que pongas $100 por semana, hay vecinos que no comen. Comunicate con nosotros urgente”. Y no, así no va a colaborar nadie, yo no lo haría.
Entonces se me ocurrió que Google está lleno de modelos de mangazos coherentes, llamativos, edulcorados. Busqué y no me gustó los que vi. Debemos explicar de manera simple que lo que nos acerquen será para comprar entre otras cosas alitas de pollo. “Molestar a la gente para comprar alitas de pollo?”, dirían muchas personas coherentes. “Si van a manguear háganlo para comprar pollos enteros o carne para estofado!!”, continuarían estos seres racionales. No queremos abusar, necesitamos que 20 personas (de ahora en más colaboradores, almas caritativas, mecenas y/o héroes colectivos) donen $100 por semana hasta que se reactiven las economías hogareñas, vecinales y nacional. Esa es la idea, comprar con $2000 insumos alimenticios (entre ellos las alitas de pollo) para que podamos preparar (aramos dijo un Aedes aegypti ), lo harán Chany y Dany 1 vez por semana en La Asociación Civil LA CURVA.
Ya cocinaron y entregamos 50 porciones de guiso de arroz con pollo delicioso, con calificaciones de 5 estrellas. Nos quedan papas, zanahorias, cebollas, tomates triturados y zapallos anco, que debemos agradecer a Fer Brid y Antonia Bertolino, psicólogo y directora de escuela, respectivamente, pero sobre todo amigos profundamente comprometidos con lo social y solidario.
Entendemos que $100 por semana es mucho, con ellos uno puede comprar un paquete de cigarrillos de 10, de esos que tienen olor a espiral húmedo; 1 diario Clarín, de esos que tienen olor a noticias húmedas o una lata grande de cerveza Brahma (por favor que no se les ocurra tomar eso, no lo hagan ni ante el síndrome de abstinencia más severo, ya va a pasar, aguanten, se puede).
Digan si no vale la pena el sacrificio para que 10 familias del barrio coman algo rico 1 vez por semana. “Solo una vez por semana? Los otros días no van a comer?”, diría el trosko que todos llevamos dentro, y la verdad es que tiene razón, solo un día a la semana podemos ayudarlos a atravesar estos momentos tan críticos. Por ahora apuntamos a eso, cuando el carro ande veremos cómo se acomodan los melones.
Mientras escribo esto (dicen que cuando comprás un jeep amarillo, comenzás a ver jeeps amarillos por todos lados; será norteamericano ese dicho porque en mi vida vi un jeep amarillo), escucho una canción que sincronizadamente con la situación dice “Abrí un poquito el corazón, probá a ver qué pasa…”; quizá sea esa la frase adecuada para conmoverlos y sacarles $100 por semana, está buena, no digan.
Intentaremos reenviar este mensaje a varios grupos, contactos y amigos de whatsapp y redes sociales para utilizar el método que tenía para sus conquistas un amigo (que no puedo nombrar porque ahora forma parte de la familia, a quien llamábamos como a un animal, especialmente un insecto o cualquier otro de pequeño tamaño, nombre desconocido o aspecto desagradable), sostenía que si le tirás a una y le errás, quedás solo, en cambio si le tirás a veinte, dos te van a decir que si. Por lo tanto si invitamos a participar de este proyecto solidario denominado “Almuerzos Comunitarios en LA CURVA” a 100 personas, 20 dirían que si. También dirán “cómo hacemos para entregar el dinero si no podemos salir de casa?”, “Tienen cuenta bancaria, CBU?” y “Aceptan bitcoin?”. Pués pasaríamos nosotros religiosamente a retirar la colaboración; tenemos cuenta bancaria y CBU disponibles y aceptamos bitcoin.
Por último, si no están en condiciones de colaborar (“quien menos tiene más colabora”, reza un dicho popular al que le creemos entrañablemente), por favor reenvíen y compartan este mensaje, se lo vamos a agradecer profundamente, pero más si colaboran con $100 por semana.