Pies


Que desagradable sensación me provoca comprobar, luego del acto sexual, que mi partenaire tiene piés feos, dedos asimétricos, deformes. Corroboro esta situación inexorablemente después, porque antes y durante, fijo la observación en otras partes. Cuando quedo en posición de analizarlas con minuciosidad, descubro ese pormenor que inmediatamente hace que jure por mis ancestros, verificar detenidamente ese detalle la próxima vez que me embarque en una aventura amorosa.

Pensar que mujeres de piés horrendos procrean niños de piés horrendos (debido a la lógica genética); deberían tener prohibido ser madres. Bueno, si, lo admito, suena un poco fuerte, pero tiene su explicación: los piés son mis miembros fetiches. Todo el mundo tiene miembros fetiches y los míos son los piés, que le voy a hacer.

Por esa razón me acosté con tan pocas damas a lo largo de mi vida, debido a una fina y desarrollada selectividad pédica, y no a raíz de mi limitada capacidad de entablar un juego de seducción atractivo y convincente.

La necesidad es la madre de la creatividad, y pensándolo bien existen varias formas de ocultar la parte extrema de las piernas. Tendré que recuperar el tiempo perdido. Ahora ya lo saben (quien avisa no engaña), si las invito a tomar algo, y llego munido de un obsequio del tipo par de medias, zoquetes o pantuflas en forma de animales, tengo absolutas intenciones sexuales.





A Adri quien me solicitó que no rompa este escrito y lo suba aquí.
La foto es de una Artista llamada Antonella.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Solo sexuales?

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