Cristo, Moisés y Alá

Espero el 95 en Pasco y Belgrano, tarda en venir, es domingo. A Cristo por María.
Dobla y extiendo el brazo derecho hasta alcanzar un ángulo aproximado de 90º; subo, está vacío, una a favor. Abro la ventanilla al máximo. Hace tanto calor o será que recién me bañé y está en plena faena el sistema termorregulador?. Un jóven-no-me-interesa-nadie-en-este-mundo-que-no-me-entiende camina tomando de una botella de vidrio, una bebida oscura como el agua turbia. Amia, toda una comunidad trabajando por una sociedad mejor.
Tengo que bajar en Plaza Italia y tomar el 15 hasta Libertador al 6700, voy a la cancha de River; no a ver fútbol, a escuchar 2 grupos de rock: Catupecu (es la primera vez que los voy a ver) y Divididos (lo mejor que se puede ver por estos pagos). La entrada me la regaló Débora, una dulce y hospitalaria persona que conocí en el Centro de Discapacitados de La Matanza, alias Cedima. Es una de esas entradas de favor, gratis. Espero que me dejen entrar.
Hospitalidad es una de las materias que tendrían que incluírse en todas las carreras que realizan aquellos que trabajan en relación directa con la gente: medicina, abogacía, docentes, policías; bueno hilando fino creo que es imprescindible en todas las formaciones, incluso para recibirse de choferes de colectivo. Es cierto que los colectiveros no estudian nada para poder ejercer. Con saber pasar los cambios, acelerar y frenar (de golpe, en general) les alcanza. Sería una adecuada medida que cursen hospitalidad, creatividad, empatía, control mental y relajación. Quien reemplace al actual líder en la conducción de ese gremio, debería dar el ejemplo; intentar con Moyano dimanaría en pérdida de tiempo. La paz sea con vosotros y la misericordia de Alá.