Velib: La bicicleta del pueblo


A propósito del post “Verdaderos vehículos del futuro”, Arturo Chomyszyn que vive en París, escribió la siguiente nota que cuenta el fenómenos de las bicicletas Velib.
Por Arturo Chomyszyn:En las horas pico, todo París es un embotellamiento, y el mapa interactivo del tráfico se tiñe de rojo. Un recorrido que normalmente lleva 20 a 30 minutos, puede convertirse en un calvario motorizado de 3hs. El último subte pasa a la 1 :30 H, luego solo queda una opción, los improbables buses nocturnos, uno cada 40 minutos por puntos estratégicos de la ciudad. Muchos eran lo que afirmaban « Paris la nuit, c’est finit »
Hasta que llegó en 2007 el Velib. Velib es la contracción de las palabras « bicicleta » y « libertad » y es el nombre que lleva el nuevo mobiliario urbano que estrena París.
Básicamente son estaciones de bicicletas en alquiler autoservicio. Inútil es intentar robar una rueda o un pedal, ninguna pieza de esas bicicletas es estándar, solo funcionan en un Velib.

Por medio de un « totem » electrónico, y con solo una tarjeta de crédito (o un abono anual), se puede liberar una de esas bicicletas. La idea es realizar viajes cortos y estacionar la bicicleta cuanto antes en la estación más cercana a nuestro destino. Cuanto más utilizamos la bicicleta, más cara nos cuesta. Lo más rentable, son los recorridos de hasta 20 minutos.
Las estaciones Velib crecen como « champignons» se estima para el segundo trimestre 2008 habrá 1451 estaciones , 20 600 bicicletas y 36 000 mini totems repartidos en toda la ciudad. Entusiasmados, los parisinos y París piden más sendas para bicicletas. Velib es una empresa manejada por JC Decaux, la misma que tiene gran parte del mobiliario urbano en Buenos Aires.


Curiosidades del Velib :Ya es moneda corriente cruzarse el sábado a la noche con tropillas de ciclistas, que aún sin conocerse y sin hablarse, deciden hacer parte del recorrido juntos, genera seguridad entre los usuarios y una agradable solidaridad nocturna entre ciclistas, silenciosa y tacita.
El Velib es también la elección nocturna de miles de parisinos, demasiado alcoholizados para regresar a sus casas en auto. El flujo de Velib es aun desparejo, es por eso que ciertas estaciones están vacías y otras llenas.


Están los que se apropian las bicicletas, las estacionan, pero con un candado para asegurarse su bicicleta al día siguiente, están también los que recurren a la creatividad para « reservar » sus bicicletas, a todo precio.

Versión alemana:
En Berlin, las opciones para alquilar una bicicleta sobran, desde el «velo taxi » hasta city tours en bicicleta, pero la que más me llamó la atención es el ingenioso sistema « Call a bike ».


Las bicicletas están estacionadas ya no en estaciones, pero en cualquier punto de la ciudad, basta con marcar el numero de « Call a bike », luego indicar el número de la bicicleta y el sistema destraba las ruedas a distancia, la factura pasa directo con la cuenta del teléfono celular.

Link Velib



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